sábado, 10 de septiembre de 2011

10 inventos del ser humano 1*

La escritura
Por definición, la historia comienza con los registros escritos. Los restos de la cultura humana sin la escritura constituye el ámbito de la prehistoria.
Los primeros sistemas de la escritura a finales del IV milenio a. C. no se consideran una invención espontánea, pues se fundamentan en viejas tradiciones de sistemas simbólicos que no se pueden clasificar como escritura en sí mismas, pero que sí comparten muchas características que recuerdan sorprendentemente a aquella. Estos sistemas se pueden describir como protoescritura y utilizaban símbolos ideográficos o mnemónicos que podían transmitir información, si bien estaban desprovistos de contenido lingüístico directo. Estos sistemas aparecieron al principio del periodo neolítico, ya en el VII milenio a. C. si no antes (Kamyana Mohyla).
Destacan la escritura Vinča, que muestra una evolución gradual a partir de símbolos sencillos desde el VII milenio, aumentando en complejidad durante el VI milenio y culminando en las Tablas de Tartaria del V milenio, con unas filas de símbolos cuidadosamente alineados que evocan la impresión de un "texto". La Tabla de Dispilio, de finales del VI milenio, es similar. Las escrituras jeroglíficas del antiguo Oriente Medio (egipcia, protocuneiforme sumeria y cretense) nacen naturalmente de aquellos sistemas simbólicos, de manera que resulta difícil decir, sobre todo porque poco se conoce acerca del significado de los símbolos, en qué momento preciso la escritura nace de la protoescritura.
En el 2003 se descubrieron en China unos símbolos de la escritura Jiahu grabados sobre caparazones de tortuga que se dataron mediante radiocarbono en el VI milenio a. C. Los caparazones se encontraban enterrados junto a restos humanos en 24 tumbas neolíticas excavadas en Jiahu, provincia de Henan, al norte de China. Según algunos arqueólogos, la escritura de los caparazones presentaba similitudes con la escritura sobre huesos oraculares del II milenio a. C.[1] Otros,[2] sin embargo, rechazan esta afirmación por no estar suficientemente probada, argumentando que unos simples diseños geométricos, como los que encontramos en los caparazones de Jiahu, no se pueden relacionar con la primera escritura.
La escritura del Indo, del II milenio a. C. puede, de igual manera, constituir una protoescritura, quizás ya influenciada por el nacimiento de la escritura en Mesopotamia.
Las "runas eslavas" mencionadas por algunos autores medievales también pueden haber sido un sistema de protoescritura. El Quipu de los Incas (a veces llamado "nudos parlantes") pueden haber tenido una naturaleza similar. Un ejemplo histórico es el sistema de pictogramas inventado por Uyaquk antes de desarrollar el silabario de Yugtun.

El Telefono


Ya en el año 1854, el inventor francés Charles Bourseul planteó en una revista ilustrada de la época la posibilidad de utilizar vibraciones causadas por la voz sobre un disco flexible o diafragma, con el fin de activar y desactivar un circuito eléctrico y producir unas vibraciones similares en un diafragma situado en un lugar remoto, que reproduciría las vibraciones originales.
Algunos años más tarde, el físico y profesor alemán Johan Philipp Reis inventó un instrumento que transmitía notas musicales a distancia, utilizando la electricidad, pero éste no era capaz de reproducir la voz humana.
Alrededor del año 1857 Antonio Meucci construyó un teléfono para conectar su oficina con su dormitorio, ubicado en el segundo piso, debido al reumatismo de su esposa.[1] Sin embargo carecía del dinero suficiente para patentar su invento, por lo que lo presentó a una empresa (Western Union, quienes promocionaron el "invento" de Graham Bell)que no le prestó atención, pero que, tampoco le devolvió los materiales. Al parecer, y esto no está probado, estos materiales cayeron en manos de Alexander Graham Bell, que se sirvió de ellos para desarrollar su teléfono y lo presentó como propio.
En 1876, tras haber descubierto que para transmitir voz humana sólo se podía utilizar una corriente continua, el inventor estadounidense de origen escocés, Alexander Graham Bell construyó y patentó unas horas antes que su compatriota Elisha Gray el primer teléfono capaz de transmitir y recibir voz humana con toda su calidad y timbre. Tampoco se debe dejar de lado a Thomas Alva Edison, que introdujo notables mejoras en el sistema, entre las que se encuentra el micrófono de gránulos de carbón.
El 11 de junio de 2002 el Congreso de los Estados Unidos aprobó la resolución 269, por la que reconoció que el inventor del teléfono había sido Antonio Meucci y no Alexander Graham Bell. En la resolución, aprobada por unanimidad, los representantes estadounidenses estiman que "la vida y obra de Antonio Meucci debe ser reconocida legalmente, y que su trabajo en la invención del teléfono debe ser admitida". Según el texto de esta resolución, Antonio Meucci instaló un dispositivo rudimentario de telecomunicaciones entre el sótano de su casa de Staten Island (Nueva York) y la habitación de su mujer, en la primera planta.
La patente de Bell todavía era discutible porque habían rumores de que Bell tenía un confidente en la oficina de patentes el cual le avisó con antelación de que debido al caso particular sucedido se iban a comparar las dos patentes para desechar la peor y más costosa de las dos. Se dice que Bell tuvo acceso a comparar la patente de Gray con la suya propia y después de esto añadió una nota al margen escrita a mano en la que proponía un diseño alternativo al suyo que era idéntico al de Gray.
Bell (Alexander Graham) en 1876 registró entonces una patente que realmente no describe el teléfono pero lo refiere como tal. (posteriormente afloró que existía un acuerdo por el cual Bell pagaría a la WUTC un 20% de los beneficios derivados de la comercialización de su invento durante 17 años seguidos







El fuego:
Se supone que el hombre prehistórico conoció el fuego por la erupción de un volcán, un incendio de pajonales o la caída de un rayo.
El fuego fue conocido por el hombre casi 500.000 años antes de Cristo.
En sus comienzos, el mayor problema era cuidar ese fuego que llevaban a las aldeas y mantenerlo encendido. Todavía no sabían encenderlo ni alimentarlo con combustibles.
Cuando entraban en posesión del fuego era probable que nuevamente lo perdieran. Y había que esperar que otra vez la naturaleza les brindara la oportunidad de volver a conseguirlo.
A raíz de esta necesidad, se nombraron guardianes del fuego.
En Roma existió la orden sacerdotal de las vestales que cuidaban del fuego sagrado. Si una vestal dejaba apagar el fuego sagrado era sepultada viva en castigo.
Cuando el hombre prehistórico logró encender el fuego, dominó uno de los elementos que más iba a servir en el avance de la civilización.
Una de las huellas que aseguran el uso del fuego en la prehistoria, data de 340.000 años antes de Cristo, fue encontrada en China. Pero no se sabe con certeza si lo conservaron de la naturaleza o si lo encendieron por sí mismo.






El papel:

De todos los materiales que la gente ha utilizado para la escritura, el papel es el más difundido a través del mundo. Su nombre deriva del papyrus, que era el material que usaban los antiguos egipcios, griegos y romanos. El papiro es sin embargo, sólo uno de los prdecesores del papel.
Ts`ai Lun inventó el papel en el año 105 DC, en China, a partir de desperdicios de tela. En esa época era el jefe de los eunucos del Emperador, y estaba al frente de los suministros de la Casa Real. Ts'ai Lun fue el primero en organizar la producción del papel a gran escala, y se las arregló para conseguir las patentes exclusivas para hacerlo. China en ese tiempo era ya una sociedad burocrática que requería documentos en abundancia para llevar sus registros por escrito. Estaban sentadas las bases para el desarrollo de un material más ligero, fácil de almacenar y transportar que las existentes tablillas de madera o las telas de seda.
Asi, los chinos desarrollaron un buen número de especialidades de papel, ya sea de diferentes tamaños, con protección contra insectos, etc. Sin embargo, tuvieron problemas para satisfacer la gran demanda que había para administración del gobierno. Entonces usaron fibra de bamboo para su fabricación.
Durante 500 años, la fabricación del papel fue exclusiva de los chinos, y es hasta el año 610 cuando la técnica de fabricación llega a Japon y Corea.
El primer libro de la historia, se imprimió en China en el año 868. Se trata de "El Sutra del Diamante", por Wang Jie.


El reloj
El reloj, es una máquina para medir el tiempo, en horas, minutos y segundos. Una fuente de energía mecánica o eléctrica se utiliza para mover manecillas a través de un mecanismo de ruedas dentadas. Todos conocemos las diversas presentaciones del mismo, incluso la digital, que prescinde por completo del mecanismo mencionado, reemplazándolo por un visor de cristal líquido.
Como ocurre con otros inventos, el reloj no tiene una persona, a la cual se le pueda señalar como quien lo inventó. Las formas mas rudimentarias para medir el tiempo, que vendrían a ser las antecesoras del reloj en sí, comenzaron a ser utilizadas, varios siglos atrás, por civilizaciones que tomaban a los astros, como referentes del tiempo.
Por ende, estas mediciones eran los relojes de la antigüedad. Estas civilizaciones, estudiaban la luna y el sol, para medir tiempos prolongados, como los años y las estaciones que dividen al mismo. Asimismo, el sol o la luna, también era utilizados como un reloj, para poder medir el paso de los días.
Asimismo, más adelante, se llegó a crear el reloj de sol. El cual se basaba en la dirección de la sombra, que proyectaba un elemento de madera, piedra u otros. También los egipcios, crearon un reloj, que estaba basado en el correr del agua.
De igual manera, los árabes median el tiempo con cálculos de tipo astronómico, los cuales fueron conocidos en su época, por la gran precisión de sus predicciones.
Otro reloj que se inventó, el cual era bastante fiable, para la época, era el reloj de arena. Este utiliza dos bases de vidrio, las cuales están unidas por un pequeño orificio donde pasa arena, de un compartimiento al otro. Estos medían por lo general, el transcurso de una hora.
De esta manera, llegamos al siglo XIII, después de Cristo, donde se comienzan a fabricar, los primeros relojes más o menos exactos. Estos eran diseñados, para medir las horas canónicas, en los monasterios europeos.
Quien inventó el reloj de péndulo, el más exacto de su época, fue el relojero Christian Huygens. Esto ocurrió, en el siglo XVII.
Con respecto a los relojes más pequeños o transportables, estos hicieron su aparición en sociedad, el año 1524. Fue Peter Henlein, quien inventó el primer reloj de bolsillo. Al parecer, esto relojes de bolsillo, en sus inicios, sólo tenían una hora de autonomía. Pasada la misma, había que darles cuerda, para que siguieran funcionando.
Patek Philippe, fue quien inventó el primer reloj de muñeca. El reloj más utilizado, en el mundo, hoy por hoy. Aquello ocurrió a mediados del siglo XIX.
Hoy en día, existen incluso, los relojes atómicos. El reloj atómico, es el reloj más preciso del mundo. Y es el reloj utilizado, para medir la hora mundial, en concordancia con la rotación de la tierra. El atraso que presenta el reloj atómico, es muchísimo menor que un segundo por cada año que transcurre.





La computadora:
Este genial invento, la computadora, es una máquina capaz de realizar operaciones lógicas y matemáticas utilizando rutinas o programas informáticos; como veremos, fue John Atanassoff quién inventó el prototipo de la computadora moderna.
La verdad, es difícil atribuir a una sola persona, la invención de la computadora. Para los expertos, son varias las personas que aportaron conocimientos y creaciones, como para que se desarrollara este invento. Pero si se tiene que señalar a una sola persona, como quien inventó la computadora, es a John Vincent Atanassoff.
Quien nació en Nueva York, el 4 de octubre de 1903. Atanassoff, tenía orígenes búlgaros, por parte de sus padres. Por ende, era el típico chiquillo, hijo de inmigrantes. Desde corta edad, le interesaron las materias científicas. Por ende, estudió física.
Desde aquella incursión académica, se comenzó a interesar, por los cálculos matemáticos. Especialmente, por aquellos realizados, por medio de máquinas. Claro, que en su época, sólo existían máquinas análogas. Las cuales eran consideradas por el físico, como lentas y muy imprecisas. Fue así, como quien desarrolló la computadora, inició el largo camino, para desarrollar una máquina digital.
Por ende, Atanassoff, comenzó rápidamente, a idear su máquina digital (en 1933), para lo cual pidió la asistencia de algún estudiante destacado, de la universidad donde el trabajaba. Se le mencionó a Clifford Berry, un destacado estudiante de ingeniería electrónica.
Para la creación de la computadora, el físico ideo cuatro conceptos básicos para su desarrollo. Electricidad y componentes electrónicos, un sistema binario, condensadores para almacenar datos o información y un sistema lógico para el cómputo.
Con la ayuda de Berry, comenzaron a trabajar en la computadora, en uno de los sótanos de la Universidad del Estado de Iowa. La máquina que llegaron a desarrollar, tuvo un costo final, de más de mil cuatrocientos dólares.
La máquina en sí, estaba constituida, por un tambor rotatorio para manejar la información en la memoria, un sistema lógico, capacitadores y tubos al vacío.
La computadora, se llamó ABC. Por Atanassoff-Berry Computer. El invento estuvo terminado en 1942. Fue la primera computadora digital electrónica. Claro que la pelea por determinar quien inventó la computadora, comenzaría justo en aquel momento.
Ya que John W. Mauchly, vio y analizó la computadora de Atanassoff. Por lo que copió muchos de sus conceptos, para luego con J. Presper Eckert, desarrollar la famosa computadora ENIAC. Claro que en su momento, quien inventó la computadora, o sea, Atanassoff, no patentó inmediatamente su computadora. E ahí, donde se originó el problema de la paternidad sobre la máquina. La situación llegó a los tribunales y luego de una larga disputa, se llegó en 1972 a la conclusión, que Atanassoff es el padre de la primera computadora digital electrónica de la historia. Luego 23 años después, en 1995, Anatassoff, muere en Maryland, dejando tras de sí las bases del invento que revolucionaría al mundo.










El abanico:

La umbela o quitasol y el flabélum o abanico alto vienen de remota antigüedad egipcia y asiática como se manifiesta en los relieves y pinturas por lo menos desde la dinastía XIX en Egipto. Pero sólo tenían lugar en los servicios y ceremonias palaciegas. La civilización griega adoptó el abanico en el uso doméstico desde el siglo V antes de Cristo y de los griegos imitaron la costumbre los etruscos y romanos la cual fue siguiendo durante la Edad Media tanto en el uso civil como en algunas civilizaciones religiosas. Se hacía el abanico de formas muy diferentes y con material muy variado, predominando la tela y la pluma.
El abanico plegable fue inventado por un chino en el siglo VII inspirándose en el mecanismo del ala de un murciélago. En Europa se conoce desde finales del siglo XV a donde fue traído desde China y Japón por los portugueses que habían abierto rutas comerciales hacia Oriente. No debió ser difícil de copiar pues enseguida se popularizó extendiéndose por toda Europa, en un primer momento para damas de clase alta y luego para todas las capas de la sociedad. En el siglo XVII llegó a tener la forma que tiene ahora desplegándose en él durante los últimos siglos los caprichos de la moda y la inventiva de los miniaturistas introduciendo calados, relieves, incrustaciones y materiales preciosos. El costumbrismo es un motivo habitual en el diseño del ‘país’ en donde, sin embargo, tienen cabida todo tipo de imágenes.
En el siglo XVIII se instaló en España el artesano francés Eugenio Prost bajo la protección del conde de Floridablanca convirtiendo a España en uno de los principales productores del mundo rivalizando con franceses e italianos. Ese mismo siglo se crea el Gremio de Abaniqueros y a principios del siglo XIX se funda la Real Fábrica de Abanicos. En un principio, el abanico fue de uso tanto del género femenino como masculino, llevando los hombres pequeños ejemplares en el bolsillo. Sin embargo, su utilización se vuelve exclusiva de las damas a principios del siglo XX llegando hasta nuestros días, aunque hoy día se puede ver a hombres abanicándose si bien sigue siendo mayoritario en las mujeres. Al parecer estas llegaron a ser tan diestras en el uso de este artefacto que llegaron a inventar todo un "lenguaje del abanico" consistente en que según la posición en la que se situaba o el modo en como se le agarraba se estaba transmitiendo un tipo de mensaje u otro. Hoy en día, se encuentra en Cádiz la única escuela-taller de abanicos del mundo. Pero todo el material, artesanos y artistas están situados en los alrededores de Aldaya, ciudad situada al lado de Valencia. Es aquí donde se exporta a todo el mundo



El Boligrafo:
Inventado en 1938 por los hermanos húngaros, Laszlo Biro y George Biro.
La historia cuenta que Laszlo estaba molesto por los trastornos que le ocasionaba su pluma fuente cuando ésta se le atascaba en medio de un reportaje y que obtuvo la idea de su invento observando a unos niños mientras jugaban con bolitas en la calle. En algún momento, una de ellas atravesó un charco y al salir siguió trazando una línea de agua sobre la superficie seca de la calle. La dificultad de trasladar ese mecanismo a un instrumento de escritura residía entonces en la imposibilidad para desarrollar esferas de un tamaño suficientemente pequeño. Con esta idea Biro patentó en Hungría, en 1938, bajo licencia británica, un prototipo. Pero nunca se llegó a comercializar.
En 1940 Laszlo, junto a su hermano mayor y a su socio y amigo Meyne, que le ayudó a escapar de la persecución nazi, emigraron a la Argentina, donde adquirirían la nacionalidad de ese país. La principal razón por la que habían elegido ese destino fue que en 1938, Agustín Pedro Justo, quien era Presidente de la Nación, lo había invitado a radicarse en la Argentina cuando de casualidad lo conoció en momentos en que Biro estaba en Yugoslavia haciendo notas para un periódico húngaro. Agustín Justo lo vio escribiendo con un prototipo del bolígrafo y maravillado por esa forma de escribir se puso a charlar con él. Biro le habló de la dificultad para conseguir una visa y Justo, que no le había dicho quien era, le dio una tarjeta con su nombre y su ocupación: Presidente de la Nación.
El 10 de junio formaron la compañía Biro-Meyne-Biro. En un garaje con 40 operarios y con un bajo presupuesto perfeccionaron su invento y lo lanzaron al mercado bajo el nombre comercial de Birome (Acrónimo formado por la unión de Biro y Meyne). Al principio los modelos eran sumamente costosos, compitiendo en precio casi con la Parker 51, la estilográfica más costosa en ese momento. Existían varios modelos: dorado, con camisa de oro sellado, de plata, platil, etc. Pero la variante "estudiantil" fue la que obtuvo numerosos premios en el mundo y por ser más económica se puso al alcance del público. Inicialmente, existía el problema de que la recarga de tinta debía ser hecha por especialistas, lo que era incómodo y antieconómico. Casi inmediatamente lanzaron el "tanque deslizante", que permitía extraer el tanque vacío desde la puntera y reponerlo con uno nuevo.
Cuando comenzaron a promocionarse se les llamaba "esferográfica", nombre patentado, y se hacía hincapié en que siempre estaba cargada, secaba en el acto, permitía hacer copias con papel carbón, era única para la aviación y su tinta era indeleble.
Al respecto, en su última entrevista antes de fallecer, Biro afirmó: "Mi «juguete» dejó 36 millones de dólares en el tesoro argentino, dinero que el país ganó vendiendo productos no de la tierra sino del cerebro".
En 1943 licenció su invento en la entonces extraordinaria suma de USD 2.000.000 al fabricante de instrumentos de escritura Eversharp, de los Estados Unidos, que fue adquirida a su vez por Parker Pen, la que instaló su planta de la Argentina y sus oficinas comerciales en las que ocupaba Birome y en 1951 a Marcel Bich, de Francia. Este último desarrolló, bajo la marca BIC, un bolígrafo de bajo costo que contribuyó enormemente a la popularización del invento.
En 1945 la Fuerza Aérea de los Estados Unidos hizo un pedido de 20.000 unidades. Biro no había patentado su invento en Estados Unidos, lo que provocó fuerte competencia. En el mismo año Milton Reynolds desarrolló su propio modelo, y Franz Seech inventó la tinta que seca en contacto con el aire, conocida comercialmente como paper mate.
La sociedad formada por Biro y sus socios quebró, aquejada por falta de financiación y por nuevos inventos que no tuvieron éxito comercial. Un antiguo proveedor, Francisco Barcelloni, independientemente de los desarrollos de Bich, intentó entusiasmar a Biro para fabricar un bolígrafo de bajo costo. No logró convencerlo y se instaló por su cuenta; mejoró el flujo de tinta y ensayó una bolilla de triple dureza. Posteriormente, Barcelloni contrató a Biro para la dirección de la nueva fábrica, cuyo nombre era Sylvapen.
Entre otros inventos Biro diseñó un perfumero usando el mismo principio que el bolígrafo. Más tarde, con el mismo principio se crearon los desodorantes a bolilla o roll-on.

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